TATUAJES. (porque hay cosas que no se pueden olvidar)

Hay cosas que no se pueden olvidar, es sencillo y es tan simple como decir la palabra HOLA. No importa cuanto tiempo allá pasado desde que tu mente decidió auto tatuarse esa imagen, esa experiencia o ese momento. En cualquier lugar, en cualquier situación y en cualquier instancia el aprovechara cualquier escenario para hacer su espectáculo y demostrar a todos que tatuado estas.

Muchas veces tratamos de disimular esos tatuajes vistiéndolos de un traje llamado disculpa, nos creamos una plataforma y nos hacemos creer que ya no le guardamos rencor a las personas que son protagonistas de nuestro tatuajes y llegamos a hacernos creer y hacerles creer que los hemos perdonado, pero el rencor quizás se ha calmado y tal vez hemos intentado perdonar, pero justo en el momento en el que comienzas a vivir en los recuerdos es que te das cuenta que viven y tienen mas esencia que cualquier contenido definido.

Es de mi niñez que tengo muchos tatuajes, y fueron muchos de mis familiares los que se encargaron de tatuarlos, creí que había olvidado muchas de las experiencias que me hicieron vivir, pero hoy me detuve a mirar a dentro de mi y me di cuenta que mis tatuajes se encuentran allí, permanentes y en su sitio, y que dichos tatuajes no me han permitido perdonarlos y aun sabiendo que me auto mentí, y hasta me encargue de hacerme creer que los había perdonado, fueron tantas las veces en que profanar un simple perdón sirvió como una pastilla para calmar el dolor que segregaba el alma constantemente.

No se puede convivir con el dolor y tampoco se puede convivir con la idea de ver a una persona que por llamarse tu familia te hace daño y al otro día te brinda un saludo tan hipócritamente igual al de todos los días.

Hay cosas que no se pueden olvidar, pero que con un lindo disfraz quedan muy bien delante de la sociedad.